Se acerca la primavera y parece que en Sevilla sólo se escuchan sevillanas y marchas de Semana Santa. Un auténtico martirio para a los que ese rollo no nos va demasiado. El sonido de las cornetas se me mete en el cerebro y me taladra. Así que para mi es un placer cuando me encuentro con algún bar donde se pueda disfrutar de otro tipo de ambiente, lejos del topicazo sevillanísimo, y escuchar buena música en directo sin tambores y castañuelas. El pasado viernes estuve en el Café Jazz Naima, uno de los pocos bares que, junto con el Jazz Corner, ofrecen jazz en directo en Sevilla casi todas las noches. Escuchamos a Van Moustache y la verdad es que disfruté muchísimo con su jazz arrabalero, que me hizo volar y dibujar a toda pastilla... al principio muy torpemente... el movimiento rápido y constante de los dos chicos con sus instrumentos me impedía concentrarme... pero poco a poco, se me metió el ritmo en el cuerpo y ya, sin pensármelo demasiado, dibujé compulsivamente hasta que pude... Un concierto estupendo y una tarde de dibujo fabulosa...
Me he quedado con ganas de más. Otro viernes de éstos, vuelvo... ¿quién me acompaña?
Volver a ver tus dibujos es un placer, y si encima se imagina el jazz de fondo mejor. Estoy contigo; aunque haya marchas compuestas con mucho gusto, se vuelven cansinos los tambores y cornetas a mansalva. Yo, afortunadamente, no tengo ese soniquete constante cerca... mejor escuchar lo que la voluntad pida y no lo que imponga el estado.
ResponderEliminarBss
Marisa
Dibujar con fondo de jazz es un placer, pero te aseguro que leerte por aquí es infinitamente mejor... Bienvenida. Quédate! :)
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