Hoy se inaugura la Exposición Ilustres Sevillanos en el Espacio Santa Clara del Ayuntamiento de Sevilla, dentro de la programación del Garabato Fest 2015 de Garabattagge Ilustra. En ella participo con la obra «Lole».
Se trata de un retrato de la cantaora Dolores Montoya, Lole, que se hizo famosa en las décadas de los 70 y 80 formando pareja artística con Manuel Molina, guitarrista y compositor, en el dúo Lole y Manuel.
Su primer álbum, Nuevo Día, marcó un antes y un después en la música de este país, ya que fueron pioneros en componer e interpretar música flamenca dirigida a un público no flamenco. De hecho, Lole fue la primera cantaora en ocupar el primer puesto en el ranking de cantantes pop de la época. Todo un hito para lo que luego se llamaría la corriente del "nuevo flamenco".
Sus influencias iban desde Janis Joplin o Pink Floyd, hasta los sonidos árabes que Lole había mamado en su infancia a través de su madre, la Negra, cantaora y bailaora nacida en Orán. Cantaban a la naturaleza y traían un nuevo aire al flamenco, que rebosaba de frescura sin perder sus raíces.
Mi padre, al que le encantaba el flamenco, pero también la música rock, me crió escuchando a Lole y Manuel y a Triana. Recuerdo, desde bien pequeñita, ver en la tele esos programas musicales en los que Lole, en apariencia tan joven y frágil, pero con tantísima fuerza, cantaba Todo es de color y creaba, casi, la ilusión de que pese al blanco y negro de la tele, la habitación se llenaba de mil colores. Me quedaba embobada delante de la tele, mirándola, y aún me quedo...
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